jueves, 17 de septiembre de 2015

PUNTOS DE VIRAJE DEL GRAN ESPÍRITU PLANETARIO


Los solsticios de verano e invierno, junto con los equinoccios de primavera y de otoño, forman puntos alternos o de viraje en la vida del gran Espíritu de la Tierra, de la misma manera que la CONCEPCIÓN marca el comienzo del descenso del Espíritu Humano al cuerpo terrenal, de lo cual resulta un NACIMIENTO  que inaugura el período de desarrollo hasta que se alcanza la madurez.

Al llegar a este punto se inicia una época de fructificación y de madurez junto a una declinación de las energías físicas que terminan con la MUERTE. 

Este acontecimiento libra al hombre de las trabas de la materia manifestándose entonces una época de metabolismo espiritual, por cuyo conducto nuestra cosecha de experiencias terrenales se transforma en poder del alma, en tendencias y talentos que serán puestos a rédito en vidas futuras, con el fin de que podamos prosperar y hacernos más ricos en tesoros, hasta hacernos merecedores del título de “Fieles Administradores” que nos hará ocupar mayores y mejores puestos entre los sirvientes de la Casa del Señor.


Este ejemplo descansa sobre la base de la gran ley de analogía, tan fielmente expresada por el axioma hermético:

 “Como es arriba, así es abajo”. 

Sobre este axioma, que es la llave maestra de todos los problemas espirituales, debemos también depender como de un “ábrete sésamo” para aplicarlo a nuestra lección sobre la Navidad de este año, la cual esperamos que corrija, confirme o complete puntos de vista previos de nuestros estudiantes, como cada uno de ellos lo requiere.

                                                                       Max Heindel

En Amoroso Servicio
Fraternidad Rosacruz de Mexico

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