LA ESENCIA DE LA GRANDEZA
Sea cual sea nuestra posición, tenemos derecho a todo lo que podamos apreciar, apropiarnos y utilizar; Y sabemos que cuanto más desarrollamos el poder de apreciar lo que tiene un valor genuino, más desarrollamos el poder de dar calidad a todo lo que hacemos; y al dar una cualidad adicional a cada pensamiento, deseo, emoción, palabra, acto, trabajo y acción, produciremos y apropiaremos naturalmente todas aquellas cualidades de las que aún somos conscientes.
Por tanto, es claramente evidente que el poder para aumentar lo que tenemos derecho proviene en gran medida de la mayor conciencia del valor real así como de la vida real —la vida real es en todas partes la calidad real; y la conciencia de la verdadera calidad y la vida real se desarrolla de forma natural y perfecta en quien vive para vivir una gran vida.
Sabemos que la esencia de la grandeza está latente en todas las cosas; y quien piense profunda y constructivamente en la esencia de la grandeza, al pensar en las cosas, abrirá su mente al influjo de ese poder que puede producir grandeza en su propia mente.
En resumen, lo que sigue viendo en todas las cosas despertará en su propio mundo mental.
Para la Mente que vive en el alma de lo grande, lo bello y lo maravilloso, todo es una inspiración para cosas mayores, mejores y más maravillosas.
Para tal Mente, todas las cosas tienen valor, porque vivir en el alma de las cosas es encontrar el verdadero valor que impregna todas las cosas.
Y de nuevo, encontramos o vemos en todas las cosas que tendemos a desarrollar en nuestra propia mente, observando aquí la gran Ley de Dios que invariablemente crecemos en la semejanza, en mente y carácter, de aquello que más pensamos.
(Publicado en los Rays de la revista Rose Cross de julio de 1916 y traducido por la Fraternidad Rosacruz de Mexico.
En Amoroso Servicio
Fraternidad Rosacruz de Mexico.

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