viernes, 6 de enero de 2023

IMAGINANDO SALUD

 


IMAGINANDO SALUD

Para la Ley de Atracción que opera en todos los departamentos de la vida y, por lo tanto, en todos nosotros, no hay favoritos ni excepciones, reuniendo a personas de carácter similar así como llevándolas inevitablemente a estados de salud o enfermedad por condiciones de existencias pasadas generadas por pensamientos, palabras y acciones.

La Mente es el nexo entre el Ego y sus Cuerpos y estos son los que le permiten al Ego transmitir sus órdenes por el pensamiento y por la palabra para que se produzca la acción. 

La Mente es el elemento de enfoque a través del cual las ideas, envueltas por la imaginación del Ego, se proyectan en el plano material. 

En primer lugar, son formas-pensamiento que, cuando se produce el deseo de realizarlas, permiten al ser humano experimentarlas en el Mundo Físico, convirtiéndolas en lo que denominamos realidades “concretas”.

Si bien podemos desear la salud si, al mismo tiempo, nos entregamos a pensamientos de miedo, sospecha, impaciencia, celos, odio y similares, tales pensamientos antagónicos se manifestarán como condiciones inarmónicas en nuestro cuerpo y en nuestro entorno, así como contra los demás, haciendo que nuestras auras se conviertan en imanes atractivos para pensamientos inferiores o negativos.

Por el contrario, al mantener pensamientos y deseos que revelen bondad, simpatía, confianza, fe, esperanza, coraje y similares, hacemos que se conviertan en una realidad “concreta”. 

“Todo lo que es verdadero, todo lo que es honorable, todo lo que es justo, todo lo que es puro, todo lo que es amable, todo lo que es adecuado, si hay alguna virtud y si algo digno de alabanza, en eso piensa.” (Filipenses 4:8).

En Amoroso Servicio

Fraternidad Rosacruz de Mexico

LA ENFERMEDAD O DOLENCIA PROVIENE DE UNA CAUSA

 


La Enfermedad o dolencia nunca viene sin una causa

Se prepara el camino y se adquiere la enfermedad o la enfermedad ignorando las Leyes de Dios, las Leyes de la Naturaleza. 

Muchos sufren las consecuencias de las transgresiones de sus padres, y aunque no sean responsables de lo que hicieron, es su deber averiguar en qué consiste la violación de las leyes de Dios y cómo evitar adquirir los mismos hábitos que sus padres, observando vida correcta, que los puso en mejores condiciones.

La mayoría, sin embargo, sufren por seguir un estándar de conducta equivocado. 

No respetan sus hábitos de comer, beber, vestirse, trabajar, comportarse. 

La transgresión de las Leyes de Dios tiene un resultado seguro, y cuando sobreviene la enfermedad o dolencia, muchos no atribuyen su sufrimiento a la verdadera causa, y murmuran contra Dios a causa de su enfermedad o dolencia. 

Pero Dios no es responsable del sufrimiento causado por la infracción de las Leyes de la Naturaleza.

La naturaleza soporta muchos abusos sin ofrecer resistencia aparente, y trata de hacer un esfuerzo tendiente a encubrir los efectos del maltrato sufrido, y este esfuerzo por corregir sus condiciones se manifiesta muchas veces por medio de violentas fiebres y otros desórdenes físicos.

Cuando el abuso de la salud se lleva al extremo, hasta el punto de degenerar en enfermedad o dolencia, muchas veces el paciente puede hacer por sí mismo lo que nadie más puede hacer por él. 

El primer paso es determinar el verdadero carácter de la enfermedad o dolencia, y luego emprender, con pleno conocimiento de causa, la labor de combatirla. 

Si el trabajo armonioso del organismo se ha desequilibrado por exceso de trabajo, por exceso de comida o por cualquier otra irregularidad, estas dificultades no deben agravarse por tomar drogas embriagantes.

Comer sin moderación es a menudo la causa de enfermedades o dolencias, y lo que la naturaleza necesita en tal caso es deshacerse de la carga que se les ha impuesto.

En muchos casos es conveniente que el paciente se prive de una o incluso dos comidas, para que los órganos digestivos, fatigados por el exceso de trabajo, tengan oportunidad de descansar. 

El régimen de frutas durante varios días a menudo ha brindado un gran alivio a los trabajadores mentales. 

A menudo, un breve período de abstinencia completa, seguido de una comida sencilla y moderada, ha producido una mejora notable a través de la reacción de la naturaleza.

Algunos enferman por el exceso de trabajo, y para ellos nada mejor que el descanso, libres de preocupaciones y un riguroso régimen que les permita recuperar la salud. 

Para aquellos cuyo cerebro y nervios están agotados por el trabajo constante y vivir en pequeñas oficinas, un paseo por el campo, donde pueden vivir una vida sencilla, sin preocupaciones, en estrecho contacto con la naturaleza, será lo más rentable.

En la salud, como en la enfermedad, el agua pura es una de las más excelentes bendiciones celestiales. Su uso adecuado favorece la salud. 

La aplicación externa de agua es una de las formas más fáciles y satisfactorias de regular la circulación sanguínea. 

Un baño fresco o templado es un excelente tónico. Los baños calientes abren los poros y facilitan la eliminación de impurezas. 

Tanto los baños tibios como los calientes calman los nervios y normalizan la circulación. 

Muchos no han aprendido por experiencia cuáles son los efectos beneficiosos del uso correcto del agua y le tienen aversión. 

Los tratamientos hidroterapéuticos no son bien apreciados, y aplicarlos con habilidad requiere un trabajo que muchos no quieren hacer, pero nadie debe disculparse por su ignorancia o indiferencia en este asunto. En cuanto a su uso,

Esta parte del cuidado físico es lo mínimo que un paciente (alguien que está bajo una enfermedad o padecimiento) debe hacer: ¡cooperar!

Ahora bien, la causa siempre estará en la parte no visible al ojo físico, es decir, siempre es espiritual. 

Y es aquí donde debe buscarse la cura. 

La inscripción del paciente en el Departamento de Curación, en la Sede Central o de un Centro Rosacruz será de gran ayuda para orientarlo sobre cómo proceder, la Fraternidad Rosacruz de Mexico esta a sus ordenes o cualquier otro Centro donde pueda usted tener contacto

Intentar hacerlo solo, sin esta ayuda, es posible, pero muy difícil, sobre todo cuando el paciente no cuida su parte espiritual cuando no está enfermo o enferma (o sólo se acuerda cuando está en esa condición). 

Aquí, es casi imposible intentarlo solo. Desde la fundación de la Fraternidad Rosacruz aquí en la Región Química del Mundo Físico a principios del siglo XX, hemos sido testigos de millones de casos de hermanos y hermanas Estudiantes Rosacruces que lograron una cura de una enfermedad de una manera que, para los que no lo saben, lo llamarían un milagro.

Y nunca olvide: el hecho de que la causa de la enfermedad o dolencia esté en la parte espiritual no significa que el paciente no deba cuidar la parte física, pues su Cuerpo Denso es el instrumento que seguirá utilizando en la adquisición de experiencias antes, durante y después de cualquier enfermedad o padecimiento. ¡Al menos, mientras esté vivo aquí!

En Amoroso Servicio

Fraternidad Rosacruz de Mexico

LA LEY DIVINA Y NUESTRAS NECESIDADES

 


LA LEY DIVINA Y NUESTRAS NECESIDADES


La Ley de Consecuencia es, sin lugar a dudas, la fundamental entre las que rigen el destino humano. Pero, recordemos que no es una ley estática. La estamos utilizando constantemente, al poner en acción nuevas causas que crearán nuevo destino, para equilibrar y mejorar el antiguo, heredado del pasado. 

La Ley de Consecuencia está íntimamente ligada a la Ley de Renacimiento, llamada también Ley de Reencarnación. Todos hemos vivido en la Tierra muchas vidas en el pasado y habremos de vivir muchas más en el futuro. 

En cada una de esas vidas pasadas hemos puesto en funcionamiento varias causas, algunas de las cuales están produciendo ahora, en la vida presente, sus efectos, conocidos como karma o destino maduro. Así vamos pagando deudas y cosechando premios del pasado, que constituyen, respectivamente, nuestro “mal” o nuestro “buen” destino.

Lo primero que hemos de comprender es que carácter es destino. 

El destino no es más que una consecuencia del carácter, y nuestro medio ambiente, el espejo en que se refleja.

Hay, sin embargo, una excepción a esta regla general y se da cuando, aunque en nuestra última encarnación, nos reformamos e hicimos méritos para tener ahora lo que denominamos “un buen carácter”, tenemos, en la vida actual, que seguir pagando deudas y experimentando penalidades. 

Ello se debe al hecho de que hemos traído del pasado deudas pendientes que deberemos seguir liquidando, aunque hayamos remodelado nuestro carácter. Y, como es bien sabido, el proceso del pago de deudas es siempre restrictivo, limitador y desagradable. 

Pero también ofrece el consuelo de que las deudas, una vez pagadas, no pueden ser exigidas de nuevo y, por tanto, queda uno libre de ellas para todas las futuras vidas.

Los rasgos del carácter que con mayor frecuencia causan “mal destino” son: la cólera, el orgullo, el temor, el odio, la venganza, la sensualidad, el egoísmo, la envidia y la intolerancia. Por lo tanto, lo primero que hemos de hacer es analizar nuestros pensamientos habituales y ver si en ellos se manifiesta alguno de esos rasgos, aunque sea en grado mínimo.

Si es así, deberemos comenzar enseguida a trabajar para eliminarlos. 

Los dos principales medios para lograrlo son, el cambio en el modo de pensar y el cambio en el modo de actuar con relación a los demás. Entre estos dos medios, el primero es el más efectivo porque, si lo ponemos en práctica, de modo casi automático, nuestros actos se adaptarán al cambio de pensamiento.

Todo esto nos lleva al elemento más importante de este análisis: el Poder Creador del Pensamiento. 

Es el factor más potente y fundamental de la vida humana. La afirmación de que “los pensamientos son cosas tangibles” es una verdad indiscutible. Cada vez que pensamos algo, creamos una forma mental que puede convertirse en una fuerza viviente, ya que flota en nuestra aura y se convierte en parte de nuestra atmósfera mental individual y, por tanto, en un componente de nuestra propia vida.

El siguiente estadio de esa forma mental es su actividad, que la hace envolverse en sustancia de deseos y emocional, lo cual puede producir dos efectos:

Primero: convertirse en acción.

Segundo: quedar almacenada en la memoria como modelo para futuros usos. 

A esta forma mental tendremos acceso en todo momento, por lo que puede aparecer como una realidad física en nuestro medio ambiente, haciéndolo bueno o malo, según lo fuera el pensamiento que le dio origen.

Por lo tanto, si deseamos cambiar nuestro ambiente o nuestra vida, deberemos cambiar primero nuestros pensamientos. Sólo de ese modo nos prepararemos un destino nuevo y mejor que, a su debido tiempo, aparecerá en nuestra vida manifestándose como un empleo más conveniente o como una abundante provisión de bienes para atender las necesidades de nuestra existencia.

Los deseos destructivos como la cólera, la venganza, el odio y el resentimiento pero, especialmente, la cólera, desfiguran, debilitan y disuelven las formas de pensamiento positivas que previamente hayamos creado, con lo que se retrasará su materialización. 

Cuando nos dejamos arrastrar por la cólera o la venganza, por ejemplo, y debilitamos con ello alguna forma mental positiva anterior, ésta tendrá que esforzarse para lograr su reconstrucción antes de poder ver materializado en la realidad lo bueno que contenía. Esto, lógicamente, requiere un tiempo, que no hace sino demorar el momento en que pueda darse un cambio favorable en nuestra situación y en nuestro ambiente en general.

Algunos preguntarán: “¿Cómo puedo evitar los malos pensamientos y deseos, y mantenerlos alejados de mi mente?” 

A veces, parece imposible evitar que se filtren en nosotros, pero la respuesta existe y es la Sustitución de Pensamientos. 

Este sistema se basa en el hecho de que dos pensamientos no pueden ocupar la mente al mismo tiempo, parecidamente al principio físico según el cual dos cuerpos no pueden ocupar, simultáneamente, el mismo espacio. Por tanto, cuando nos veamos perturbados por un mal pensamiento de cualquier clase, simplemente sustituyámoslo por otro y concentrémonos en él, con tal intensidad, que el primero no encuentre hueco en la mente.

Es muy fácil y sólo requiere un poco de práctica el comprobar la sencillez y efectividad del procedimiento. Los malos deseos se combaten por el mismo procedimiento.

 El Poder Interno. El siguiente punto importante que hemos de considerar es el de la existencia de este Poder. Es algo acerca de lo cual la mayoría de los hombres no tienen el menor conocimiento y de cuya existencia ni siquiera sospecha. Sin embargo, ese poder interno es un importante factor, en el que, de modo principalísimo, descansa el éxito en la vida. 

Es el Ego, el Espíritu, el Yo Superior, la Vida que viene de Dios, el poder esencial que mantiene al hombre activo. Es el Dios Interno y éste es parte del Poder Externo, el Dios del universo. Es el eslabón personal que nos une a Dios. 

Concienciémonos, pues, de cuán poderoso es ese Yo Superior, que es omnipotente porque es parte del Dios del universo. 

Esa omnipotencia, sin embargo, está ahora más o menos latente en la Humanidad. La finalidad de la evolución consiste precisamente en desarrollarla y convertirla en una omnipotencia dinámica y positiva. Y eso es lo que, a través de los sucesivos renacimientos, estamos aprendiendo a hacer en nuestra vida diaria.

El proceso por el que este Poder Interno afecta a la personalidad y a la vida cotidiana, es el siguiente: el Dios Interno, que es omnipotente y que posee, asimismo, toda la sabiduría, envía constantemente mensajes a la mente consciente. Estos mensajes aparecen en forma de intuiciones, inspiraciones e ideas originales que nos dicen lo que nuestro Yo Superior, con su sabiduría, desea que hagamos.

Si seguimos esas sugestiones y las ponemos en práctica, los resultados, para nuestra vida, serán constructivos: el fracaso se transformará en éxito, los obstáculos desaparecerán, y todo comenzará a actuar conjuntamente para el bien y para el éxito, en todos los aspectos de nuestra vida. 

En cambio, si hacemos caso omiso de esas intuiciones del Poder Interno y seguimos los deseos inferiores y extraviados de nuestra personalidad, nuestras dificultades aumentarán y nuestro paso por la vida se hará cada vez más difícil. Vemos, pues, cuán importante es estar alerta para captar las ideas e intuiciones del Poder Interno y ponerlas en práctica.

Estos mensajes se perciben con efectividad aquietando la mente y, muy especialmente, estableciendo momentos de quietud absoluta para la meditación, a fin de que, cuando la mente consciente esté en reposo, el Poder Interno pueda hablarnos y nosotros oírlo. Ese Poder, sin embargo, está hablándonos y enviándonos mensajes continuamente, sin perjuicio de lo activos que estemos en cada momento.

La Conciencia es otro de los mensajes del Poder Interno, que haríamos bien en obedecer. Si siguiéramos las instrucciones de ese Poder, cada vez nos resultarían más claros sus tonos, que reformarían gradualmente nuestras vidas y convertirían en éxitos nuestros fracasos.

Debemos cultivar la creencia en la existencia del Poder Interno y en su habilidad para transformar nuestras vidas. Esa creencia es el cable, el circuito eléctrico, que nos conecta con Él.

Si construimos una conexión clara entre Él y nuestra mente consciente - nuestra conciencia - los resultados serán aún mejores, porque entonces el Ego podrá enviar sus mensajes con mayor claridad y efectividad.

El negarse a creer en estas cosas fundamentales hace imposible la conexión y hasta puede destruirla.

Entonces nos veremos privados, prácticamente, de la guía y la sabiduría del Dios Interno, quedando, por tanto, al garete y expuestos a todos los fracasos. 

Es por eso por lo que le creencia en ese Poder es de suma importancia. Algunos la llaman Fe o Fe en Dios, que es lo mismo: Fe en el Dios Interno y su Poder, que son partes integrantes del Dios externo y de su Omnipotencia.

Si oímos y obedecemos las sugerencias e instrucciones del poder Interno, desaparecerán por completo el temor y la ansiedad y su lugar será ocupado por el equilibrio, elemento indispensable para el éxito; perderemos todo temor a la vida y hasta a la muerte, y comprenderemos que todo está ordenado con sabiduría y que el resultado será bueno.

Aún podemos aumentar los buenos resultados orando al Poder Interno, hablándole, teniendo conversaciones con Él, porque lo tenemos aquí mismo, a nuestro alcance, más cerca que nuestro propio aliento. 

Él nos escuchará y nos dará la respuesta correcta. Esto es lo que se llama “rogar a Dios”. Al orar, nos creamos un buen destino futuro, que compensará las deudas de nuestros años y vidas anteriores. 

Cuando oremos al Poder Interno, mentalmente o de palabra, expongámosle nuestros ideales, nuestras ambiciones y anhelos, lo que deseamos lograr, lo que queremos tener. Luego, dejemos enteramente en sus manos el resultado. 

No cometamos el error de exigir esto o aquello. 

Cuando concluyamos nuestra conversación, habremos construido la correspondiente forma de pensamiento y, a su debido tiempo, lo solicitado se materializará por el Espíritu, en la forma y grado que Él considere más conveniente. 

Especialmente, si lo hemos repetido de vez en cuando. Contentémonos con esto, sabiendo que es producto de la más alta Sabiduría.

Esto es vivir por la fe. Viviendo serenamente, con el certeza de la existencia de ese Poder Interno y creyendo, con fe, que sus efectos sobre nuestra vida serán perfectos, todo temor y ansiedad sobre el futuro desaparecerán gradualmente y nos sentiremos confiados, equilibrados y tranquilos. 

Entonces seremos capaces de afrontar con éxito situaciones que antes nos habrían desanimado y hecho fracasar. Por lo tanto, vivir con fe, no sólo aumenta nuestro éxito material, sino que nos hace mucho más felices.

El Banco Universal. Es ésta una institución invisible, dirigida por los Señores del Destino. Y es el siguiente tema de importancia vital que someteremos a la consideración del lector.

Todos estamos, continuamente, haciendo ingresos, sin saberlo, en esta importantísima institución: cada buen pensamiento, sentimiento o acción constituye un depósito. Toda nuestra labor constructiva, nuestra propia disciplina, los servicios a los demás y, en fin, todas las actuaciones que están en armonía con la Voluntad Divina, suponen ingresos en nuestra cuenta personal en el Banco Universal.

Esos depósitos, pues, nutren el saldo sobre el que giramos nuestro propio destino, nuestras oportunidades y nuestra buena suerte. 

El Director Invisible de este banco, junto con los Agentes del Destino, mantienen un registro exacto, infalible, de todos nuestros depósitos.

De vez en cuando, el Director concede un dividendo, en forma de oportunidad, éxito, buena suerte o golpe de fortuna. Aunque nada sucede por casualidad, la mayoría cree que estas cosas obedecen al azar. Pero es un error.

La casualidad no existe. Todo obedece a la Ley. El Poder Interno de cada uno de nosotros, es un alto oficial del Banco y, por tanto, tiene mucho que ver con esas asignaciones extra de dividendos.

Puesto que el Banco Universal está respaldado por el Universo, jamás puede quebrar o fracasar. Nunca podremos perder ni ser defraudados por algo que, en realidad, es nuestro, y lo nuestro volverá siempre a nosotros.

Nunca se producen errores en el crédito cósmico, en el que el Banco Universal opera y desenvuelve sus operaciones: si nuestro destino y nuestro éxito no son lo que quisiéramos que fuesen es, sin duda, porque nuestro crédito se ha agotado temporalmente, en cuyo caso, no queda más remedio que hacer en él nuevos ingresos. Y, como ya hemos dicho, esos ingresos se hacen mediante labor constructiva, servicio y propia disciplina. Podemos estar seguros de que nuestra diligencia en ese sentido pronto hará que mejoren considerablemente las circunstancias y las oportunidades. De ese modo podemos ver cómo somos nosotros mismos los que creamos nuestro propio destino; que la suerte y la casualidad son sólo aparentes y que, en realidad, fueron creadas por nosotros en el pasado. Estamos envueltos por la materialización de nuestros propios actos y pensamientos. El vencer rasgos indeseables y reformar y perfeccionar nuestro carácter, es el modo más efectivo de hacer ingresos en nuestra cuenta del Banco Universal.

El “suministro universal” del que hablan con frecuencia los estudiantes de metafísica, es sólo otro de los nombres del Banco Universal.

Muchos estudiantes creen que pueden obtener todo lo que necesitan, con la sola repetición de determinadas afirmaciones. Pero se equivocan. Nadie puede girar contra el Banco sin haber hecho antes en él los oportunos ingresos. Eso equivaldría a obtener algo gratis.

Nadie debe esperar la materialización de un deseo determinado, sino dejarlo en manos del Señor, que sabe cómo actuar sabiamente. Nosotros no poseemos ni Su derecho ni Su sabiduría. Y, si exigiésemos la materialización de algunos de nuestros pensamientos, estaríamos expuestos a equivocarnos y obtener algo que realmente no deseábamos.

Algunas personas no tienen éxito porque, inconsciente o ignorantemente, violan la Ley suprema de dar y recibir. Porque hay una Ley Cósmica, administrada por fuerzas invisibles, que establece que, para poder recibir, es necesario dar primero. Compartiendo lo que tenemos, abrimos el canal que hace posible una inundación de cosas deseables en nuestras vidas. El Maestro expuso la existencia de esta Ley en el Evangelio de Lucas (6.38), cuando dijo; “Dad y se os dará; os verterán una medida generosa, colmada, remecida, rebosante. La medida que uséis la usarán con vosotros”. La comprensión y aceptación de esta Ley y el esfuerzo inteligente por obedecerla traerán, con el tiempo, un cambio favorable en todos nuestros asuntos.

La Regla de Oro (Lucas 6:31), “tratad a los demás como quisierais que ellos os tratasen”, contiene también un importante principio psicológico.

Esta Ley es inequívoca y nos exige hacer siempre el bien a los demás, en todas las circunstancias, y a despecho de lo que ellos nos hagan. Es una Ley impersonal: la conducta del otro no tiene nada que ver con nuestra reacción. Si la desatendemos, indefectiblemente, obtendremos malos resultados.

Si la ponemos en práctica, sin embargo, con el tiempo, producirá un decidido mejoramiento de nuestro ambiente y de nuestras condiciones materiales; nos proporcionará una personalidad magnética que nos hará atractivos a los demás y no nos faltarán ni la ayuda ni la cooperación en la realización de nuestros proyectos. Creará una fuerza magnética, que aumentará nuestro éxito en todos los aspectos. Nunca debemos permitir que el rencor, derivado de algún maltrato recibido, nos impida hacer lo que quisiéramos que otros nos hiciesen. Es, pues, realmente beneficioso obedecer esta Regla de Oro, que no es un mero ideal religioso, sino una Ley Cósmica.

Hay aún algunos principios metafísicos o psicológicos que deberíamos conocer y que desarrollarán nuestra personalidad y aumentarán nuestro éxito, tanto en materia laboral, como en la satisfacción de nuestras necesidades materiales.

Uno de ellos consiste en buscar el bien en todas las cosas y en todas las circunstancias, a pesar de lo adversas que sean las apariencias. 

El hecho de apreciar lo bueno, construye una forma mental que, con el tiempo, se convertirá en un bien mayor, más éxito y condiciones más favorables. Buscar lo bueno en todo es como formar una bola de nieve, que crece en tamaño a medida que desciende por la pendiente; porque ésa es, precisamente, la característica de las formas de pensamiento: que todas las de una misma índole se combinan, se suman y crecen rápidamente. Y eso lo ponemos en marcha al buscar el bien en todo nuestro ambiente.

La alabanza es como un rayo del sol, la luz del alma. 

Promueve el buen deseo y el éxito. Elogiemos todo lo bueno que veamos en los demás, aunque sea por algo baladí y, sobre todo, no olvidemos alabar y dar gracias, cada día, al Poder Interno, por Su vida, Su guía y la satisfacción de todas nuestras necesidades. Todo viene de ese Poder.

El perdón es otra práctica que no debemos olvidar. Perdonar es científico: pone en funcionamiento las fuerzas de los planos invisibles que nos rodean; disuelve las formas mentales de odio, de venganza y de mala voluntad, e impide su materialización en una suerte adversa. El rencor, la envidia y la venganza, a menudo, se convierten en algunas de las características más desdichadas de nuestra vida, sobre todo si persistimos en mantener pensamientos habituales de tal carácter.

El odio es la fuerza más destructiva del universo. Y el rencor y la venganza son fases del mismo.

La venganza es la más mortal de las pasiones y, con toda seguridad, impide todo éxito. A pesar de lo que nos ocurra, no debemos mantener ningún sentimiento de rencor ni ceder a pensamientos de venganza. Podemos estar seguros de que, si alguien nos ha tratado injustamente, la Ley Invisible hará caer sobre él la retribución oportuna. La Biblia dice: “Amigos, no os toméis la venganza, dejad lugar al castigo, porque dice el Señor en la Escritura: Mía es la venganza; yo daré lo merecido” (Romanos 12. 19).

No tomemos, pues, la venganza en nuestras manos porque, lo único que lograremos será poner en funcionamiento fuerzas psicológicas que, más tarde o más temprano, reaccionarán contra nosotros, con gran quebranto nuestro.

La Regla de Oro dice: “Perdónalo todo y mantente perdonando siempre, a despecho de toda inclinación personal, y así no perderás, como erróneamente pudiera pensarse”.

Esto trae a la mente un principio de vital interés sobre el éxito: “hacer la voluntad de otro es la piedra de toque para probar el amor”. 

La voluntad propia es el amor propio y el amor propio es un estadio del odio hacia los demás. La aplicación de este principio es particularmente valiosa cuando deseamos evitar pleitos o liquidar los comenzados. Lógicamente, no debemos hacer la voluntad de otro, si ello supone una injusticia para nosotros o para los demás. 

Lo que debemos hacer es sacrificar nuestras inclinaciones y nuestras ventajas todo lo posible, para avenirnos a las pretensiones de nuestro antagonista y satisfacer así su sentido de la justicia. Por este medio, lo convertiremos en un amigo. Hacer siempre nuestra voluntad obstruye el éxito que la cooperación amistosa puede proporcionarnos.

Se ha hablado mucho sobre la confesión. Es probable que no le concedamos ninguna importancia. Seguramente habremos pensado que confesar nuestra malas acciones a un sacerdote o a un ministro no produce ningún efecto. Sin embargo, hay un muy importante principio metafísico oculto en ella: la confesión disipa la fuerza emocional creada, en forma de pensamiento, sobre nuestras faltas del pasado. Por tanto, nos libera y nos ayuda a restaurar el equilibrio y la calma. Cuando cometemos una falta que produce temor, vergüenza, cólera, etc., esa forma de pensamiento penetra profundamente en el subconsciente y allí fermenta y se enquista. 

Especialmente, si el mal no se ha subsanado a su debido tiempo. Formas de pensamiento de esta naturaleza pueden actuar en la subconciencia durante años y, con el tiempo, generar lo que se conoce como “complejos”. Si tenemos suficientes de estos complejos enterrados en el subconsciente, perderemos gradualmente el equilibrio y nos convertiremos en nerviosos o neuróticos. 

Y ahí es donde actúa la confesión, porque libera la energía emocional de estos complejos haciéndolos evaporarse para siempre.

Por supuesto que no es necesario confesarse con un sacerdote o un ministro. Puede hacerse directamente con la persona perjudicada por nosotros o con otra de nuestra entera confianza. También con nuestro Yo Superior. Nosotros llamamos a estas confesiones a nosotros mismos “Retrospección”. Debe hacerse todas las noches, al acostarse, comenzando por analizar los últimos hechos del día, hasta llegar a los primeros de la mañana. 

Para que la Retrospección sea efectiva, debe hacerse con el mayor sentimiento de contrición puesto que, de ese modo, nos purificamos y disolvemos la fuerza emocional contenida en los complejos ocultos. Gran número de personas han encontrado en la confesión un alivio increíble, y siempre es seguida por un notable aumento de éxito en la vida.

Es una muy buena idea el extender el principio de la confesión o de la retrospección a los años del pasado, con el fin de eliminar los complejos que se hayan ido enquistando en el subconsciente y que impiden todo éxito. Este proceso puede llamarse retrospección retardada y la mejor manera de efectuarla es por escrito. Siéntese y escriba, en líneas generales, los sucesos de su pasado que le hayan causado temor, cólera, vergüenza, etc.

Trate de revisar toda su vida de ese modo.

Gradualmente notará un maravilloso alivio mental y emocional que, a su vez, se reflejará en un mejoramiento de las circunstancias materiales.

Esto debe hacerse en secreto, omitiendo, lógicamente, los nombres. 

Al concluir esta confesión, de destruirá el papel en que se reflejó.

En la vida no puede lograrse un éxito verdadero si no se tiene un grado razonable de salud, por lo que debemos considerarla como un factor importante para la satisfacción de nuestras necesidades materiales. Debemos convencernos de que, la fuerza de la vida emana de nuestro Poder Interno, de nuestro Ego. 

Por tanto, si algo entorpece o impide la afluencia de esa vida hacia nuestro cuerpo y nuestra personalidad, el resultado será la falta de salud. Puede ocurrir, incluso, que aprisionemos al Ego en una nube de formas de pensamiento erróneas, de falsas creencias, etc., de modo que se reduzca drásticamente la afluencia de la corriente constructiva de la fuerza de vida de Él proveniente. Si creamos formas de pensamiento destructivas, como las de temor, cólera, sensualidad, etc., que nos limitan, y si nos permitimos creer en el poder del mal sobre nosotros, todo eso tiende a encarcelar al Ego y, como acaba creyendo que está limitado en Su vida, realmente acabará estándolo.

Para la perfecta salud es necesario que la personalidad, la mente y la voluntad cooperen con el Ego y rechacen toda forma mental restrictiva. 

Es posible también construir un instrumento con el que compensar y disolver la actual nube de pensamientos negativos, instrumento que se forma con nuevas formas mentales de fe, fortaleza y confianza en la omnipotencia del Poder Interno, de optimismo, de éxito, de certeza de que todas las cosas buenas son accesibles. Si creamos nuevas formas mentales en tal sentido, se combinarán entre sí y se sumarán, constituyendo otra de gran potencia y fortaleza. Éste será el instrumento capaz de disolver la nube mental y liberar al Ego de su prisión.

Tengamos presente que sólo los pensamientos negativos pueden limitar ese Poder Interno. Por tanto, cambiémoslos de signo y el Poder nos liberará y obrará milagros en nuestra vida; restaurará nuestra salud y cambiará nuestra condición mental. 

A estos efectos, podemos usar nuestra imaginación para forjarnos imágenes mentales de salud y del gran poder del Ego. Estas imágenes se mezclarán con otras formas mentales de fortaleza y valor, convirtiéndose en parte del instrumento de liberación. Entonces descubriremos que hemos dejado de ser esclavos de la mala salud. 

Y comprenderemos que la salud es el complemento normal del reposo y de una equilibrada condición emocional. Con la salud vendrá una mayor facilidad para el éxito en el trabajo y lo que necesitemos en el orden material.

La felicidad reside en la mente. 

Las circunstancias externas sólo influyen en la felicidad en la medida en que les permitimos afectar a las formas mentales que creamos. Las formas de pensamiento tienen la facultad de cubrirse con esa sustancia del plano astral que conocemos como emoción. Si pensamos en el optimismo y la felicidad, la sustancia emocional de felicidad invadirá nuestra mente y seremos felices, sin importar cuáles sean las circunstancias materiales y corporales.

Si, por el contrario, forjamos formas mentales de temor y de fracaso, impregnarán la mente de sustancia emocional de infelicidad, y seremos desgraciados, aunque tengamos todas las riquezas del mundo y una salud perfecta.

Queda, pues, demostrado que la felicidad reside sólo en la mente y que, mediante el control y la sustitución de pensamientos, tenemos, para siempre, la clave de la felicidad y del éxito.

Daremos, por último, tres pequeñas fórmulas para la autoayuda, que están basadas en sanos principios metafísicos, y que han demostrado su efectividad.

Primero. Pensamiento positivo. 

Mantener la mente habitualmente positiva, no inmóvil e inerte. El pensamiento positivo impide, automáticamente, el ingreso en nuestra aura del tropel de pensamientos y deseos que flota en nuestra atmósfera mental. 

Y, cuando estos pensamientos se eliminan, dejan de ejercer influencia en la vida y nuestras creaciones mentales mejoran considerablemente con indudable aumento de las materializaciones de nuestros anhelos en la vida.

Segundo. La Llave de Oro. Cuando haya problemas, miedo a perder dinero, amigos o trabajo o cuando se pierda algo de valor, por ningún concepto se deben alimentar pensamientos sobre ellos, pues sólo producirían una depresión general. Invirtamos el proceso y pensemos en Dios. Dios incluye todas las cosas deseables. Si rehusamos pensar en la desgracia y pensamos constantemente en Dios, estaremos construyendo pensamientos de fortaleza, bondad y éxito en forma de bien, y la amenaza de calamidad se habrá esfumado.

Tercero. El Poder del deber. El deber, cumplido día a día, tiene el poder de crear suficiente bien para todo el día. Mañana será otra jornada durante la que se podrá repetir el proceso. Los deberes cumplidos con amor son el camino de la liberación. 

Es una clave básica para lograr el éxito en cualquier etapa de nuestra vida. El éxito que se obtiene como resultado del deber cumplido no será siempre como lo hubiéramos elegido, pero sí será verdadero éxito desde el punto de vista del Espíritu, y eso es lo importante. A su debido tiempo, será considerado como un sistema para obtener el éxito, que será fácilmente reconocido y aceptado como el mejor.

Mientras tanto, nos veremos libres del temor y la ansiedad porque sabremos que, al final, todo saldrá bien. Así, mediante el poder del deber cumplido, nos capacitaremos para vivir por la fe en el Poder Interno, que es el secreto fundamental del éxito en nuestra vida, incluyendo el desempeño de nuestras labores y la satisfacción de nuestras necesidades materiales.


 Fraternidad Rosacruz de Mexico

 


EL CUERPO DEL PECADO

 




El Cuerpo de pecado: el resultado de toda una vida de hacer el mal y el efecto en la próxima vida, de ahí la importancia de este articulo.

Un Cuerpo de Pecado está formado por la unión del Cuerpo Vital y el Cuerpo de Deseos de una persona fallecida, que en cierta vida fue muy cruel y egoísta. 

Cuando tal persona muere, la maldad y el odio que se ha generado en su Mente y Corazón provocan el entrelazamiento, es decir, una unión entre su Deseo y Cuerpos Vitales convirtiéndolos en una amenaza para la sociedad. 

Esta es una de las razones por las que debe abolirse la pena de muerte. 

Cuando una persona malvada, ya que está sin su cuerpo denso, después de la muerte, y se encuentra con una persona de voluntad débil, fácilmente puede convertir a esa persona de voluntad débil en una víctima de la influencia de esa persona malvada y causarle mucho daño mientras está. bajo su influencia influencia.

Muchos criminales, gente lo suficientemente mala como para crear sus cuerpos de pecado, se quedan en la Tierra después de la muerte y pasan años y años incitando a otras personas a hacer cosas malas. Acumulan una enorme carga de Destino Maduro, que debe pagarse en algún momento futuro. 

Cuando, finalmente, el Espíritu, después de purgar sus deudas, abandona el Purgatorio, entonces se le permite ascender al Primer y Segundo Cielo, donde permanecerá por muchos años. 

Sin embargo, tu Cuerpo de Pecado es capaz de vivir una existencia independiente durante cientos de años e incluso mostrarse con una conciencia individual que lo mantendrá a la espera del Ego que lo creó. 

Cuando este Ego renazca, este Cuerpo de Pecado será atraído hacia él y normalmente estará a su lado, como una especie de demonio, durante toda su vida. Así,

Una noche, algunos Auxiliares salieron con su amiga, una hermana laica. 

Todos estaban en sus vehículos superiores y fueron a ayudar a las personas.

Esta hermana laica trabaja con personas que tienen problemas en sus cuerpos de pecado y las ayuda en todo lo que puede.

Uno de los Ayudantes Invisibles le pidió a la Hermana Lay que les mostrara un vampiro, sin embargo, no había ninguno allí en ese momento. 

Sin embargo, vieron a muchas personas en sus cuerpos de pecado, siguiéndolos. 

Estas personas tenían una expresión de miedo en sus rostros y parecían esperar que sucedieran problemas.

Estos Cuerpos de Pecado se veían lamentables. 

La parte del cuerpo que se usaba para el mal era desproporcionada con respecto al resto. Por ejemplo, un hombre que en su vida pasada usó sus manos para ahorcar o torturar a varias personas, tenía una mano, vista en su Cuerpo de Pecado, enorme, que casi tocaba el suelo. 

Otro hombre que había expresado muchos malos pensamientos a través de su cerebro tenía, en su Cuerpo de Pecado, una cabeza enorme. 

Otro hombre que se había dedicado a prácticas inmorales tenía, en su Cuerpo de Pecado, enormes órganos sexuales generativos. 

Estos cuerpos de pecado tenían un aspecto sorprendente y los Auxiliares se asombraron al verlos.


(IH – por Amber M. Tuttle)

En Amoroso Servicio

Fraternidad Rosacruz de Mexico

LA ENFERMEDAD ORIGINADA POR EL PENSAR Y ACTUAR INCORRECTAMENTE

 


La Enfermedad es la consecuencia de pensar y actuar incorrectamente

“El pensamiento, sentimiento, deseo y/o emoción más superficial se transmite a los pulmones, desde donde se inyecta a la sangre. 

La Sangre es el alimento de todas las partes del Cuerpo y el vehículo directo del Ego.”

Meditar sobre las verdades que se relacionan con estas declaraciones conduce a una comprensión iluminadora que es de vital importancia en el pensamiento constructivo.

Realmente nos convertimos en lo que pensamos, tanto física como espiritualmente. Nuestros pensamientos se cristalizan, por así decirlo, en nuestras expresiones faciales y en la totalidad de nuestra forma física. 

Nuestro entorno, nuestros compañeros son también reflejos de nuestra línea de pensamiento habitual. 

Obviamente, si queremos tener Cuerpos Densos sanos, debemos inyectar pensamientos, deseos, sentimientos y emociones elevados en nuestro torrente sanguíneo. 

Cada pensamiento tiene un poder vibratorio, dependiendo de la fuerza de voluntad que lo emita, pasando a formar parte de nuestro conjunto de poderes áuricos. 

Atrae hacia sí material de idéntica naturaleza por lo que, en esta manifestación de la Ley de Atracción, tenemos la clave para pensar en la salud. Cuanto más pensemos en el bien, la verdad y la belleza, más fortaleceremos el elemento salud-atracción en nuestra aura y, por lo tanto,

La enfermedad, lo sabemos, es la consecuencia de pensar y actuar mal; haciendo caso omiso de las leyes inmutables de Dios. 

Este “mal”, como cualquier otro, se puede vencer con el “bien”. Ignorando cualquier mal aparente; tratándolo desde una actitud impersonal o indiferente y enfatizando los pensamientos bondadosos y superiores, beneficiaremos a nuestros cuerpos densos ya nuestro entorno, con la misma seguridad que la ley de la gravedad opera con incesante regularidad.

De hecho, podemos crear tal fuerza para el bien; por esfuerzos constantes para pensar constructivamente. 

¡Pensemos en la salud de nuestros Cuerpos Densos, en la alegría, la gratitud, la belleza, la bondad y el amor!

Los Auxiliares Visibles son tan necesarios como los Ayudantes Invisibles. 

Nuestros amigos y pacientes pueden compartir este privilegio superior, así como agregar mucho al poder liberador de la fuerza sanadora uniéndose a nosotros en oración por los enfermos.

Le invitamos a participar el los Servicios de Sanación con los Estudiantes de la Fraternidad Rosacruz de Mexico, para tal fin busque las ligas de acceso en nuestro canal.



QUE PRINCIPIOS DE LA FILOSOFIA ROSACRUZ AYUDARAN A RESOLVER LOS PROBLEMAS DE LA VIDA



¿Qué principios de la Filosofía Rosacruz considera que son los más valiosos para ayudar a la humanidad en general a resolver sus problemas de vida?

Respuesta: 

Las dos enseñanzas principales necesarias para ayudar a la humanidad a resolver los problemas de su vida son una comprensión profunda de la Ley de Causa y Efecto y un conocimiento de la Doctrina del Renacimiento o la Ley del Renacimiento .

Estas dos Leyes contienen los principios vitales que son de suma importancia para todos. 

La Ley de Causa y Efecto nos enseña que las circunstancias actuales de nuestra vida se deben a nuestras acciones pasadas y solo nosotros somos responsables de ellas. 

Si no nos gusta nuestro entorno actual, entonces, habiéndolo hecho, ciertamente podemos cambiarlo una vez que hayamos aprendido las lecciones que presenta. 

La vida no es un evento sin esperanza. 

Una vez que estemos listos para un nuevo entorno, estará listo para nosotros. 

La vida es un proceso activo. 

Debemos estar bien despiertos y alertas, listos para aprovechar cada oportunidad que se nos presente y deseosos de aprender las lecciones contenidas en ellas.

Un conocimiento de la Doctrina del Renacimiento revela perfecta justicia en el gran Plan Cósmico. 

Lo que somos hoy son los resultados de nuestro “ayer” (o vidas pasadas), y nuestro “mañana” (vidas futuras) depende de nosotros hoy. 

Siempre hay oportunidades por delante de nosotros. Nos hicimos lo que somos hoy y, con el tiempo, podemos convertirnos en lo que nos gustaría ser.

Depende de nosotros desarrollar el potencial del Dios interior. 

Otros pueden señalar el camino, pero debemos hacer el trabajo porque el renacimiento nos brinda repetidas oportunidades. 

Aquellos a quienes amamos en una vida, ciertamente nos encontraremos entre vidas en los Mundos Celestiales, así como en nuestro regreso a la Tierra en otro renacimiento aquí. 

A medida que crecemos en la Gracia de Dios, dejamos de tener enemigos, ya que nos sublimamos demasiado para albergar resentimientos. 

Los amamos, ya sea que los amemos o no a cambio, y en última instancia, ese amor atrae a todos los demás hacia nosotros en lazos de perfecta salud y confianza.

Con el conocimiento de estas dos grandes Leyes, Causa y Efecto y Renacimiento , para ayudarnos, poco a poco aprendemos a resolver todos los problemas que se nos presentan, y la vida se convierte en un gozo.

(Publicado en Rayos de la Revista Rosacruz de marzo/1964)

En Amoroso Servicio 

Fraternidad Rosacruz de Mexico


LOS TRES ARBOLES (HERMOSO CUENTO)


Érase una vez tres árboles, en una colina del bosque. Estaban discutiendo sus esperanzas y sueños.

El primer árbol dice: "Espero que algún día seré un cofre del tesoro. 

Estaré lleno de oro, plata y piedras preciosas. Estaré decorado con una multitud de tallas cuya belleza todos pueden admirar".

El segundo árbol dice: "Un día seré un barco poderoso. 

Llevaré reyes y reinas a través de los océanos y viajaré hasta los confines de la tierra. Todos se sentirán seguros gracias a la fuerza de mi casco".

El tercer árbol dice: "Quiero crecer para ser el árbol más alto y recto del bosque. Me verán en la cima de la colina y eso hará que uno piense en el Cielo, tan cerca estaré de Dios. La gente recordará siempre de mí".

Después de rezar durante varios años para que sus sueños se hicieran realidad, un grupo de madereros llegó cerca de los árboles.

Mirando el primer árbol, uno de los leñadores dijo: 

"Ese árbol se ve muy fuerte, creo que puedo vendérselo al carpintero", e inmediatamente comenzó a cortarlo. 

El árbol estaba feliz porque pensó que el carpintero iba a hacer un cofre del tesoro con él.

Mirando el segundo árbol, otro leñador dijo: "Este árbol se ve muy fuerte, creo que puedo venderlo al astillero". 

El árbol estaba feliz porque pensó que se convertiría en un vaso poderoso.

Cuando un leñador miró el tercer árbol, se asustó porque pensó que si los leñadores decidían talarlo, sus sueños se habían acabado. Este leñador dijo: "No tengo nada especial que ver con el árbol que tengo que traer, me llevaré este" y lo cortó.

Cuando el primer árbol llegó a la carpintería, se transformó en un pesebre para alimentar a los animales. 

Se colocó en un establo y se llenó de paja. No era en absoluto por lo que había estado orando.

El segundo árbol se transformó en un pequeño barco de pesca. Su sueño de convertirse en un poderoso barco que transportaba reyes y reinas se había "caído".

El tercero fue cortado en varias secciones que fueron depositadas en un cobertizo oscuro. Pasó el tiempo y los árboles olvidaron sus sueños.

Un día, un hombre y una mujer entraron en el granero. 

La mujer dio a luz a un bebé. Al hombre le hubiera gustado hacer una cuna para el niño, pero estando lejos de casa, tuvo que arreglárselas con este pesebre lleno de paja.

El árbol que había sido convertido en pesebre sintió el significado de este evento y supo que estaba recibiendo el tesoro más grande de todos los tiempos.

Años más tarde, un grupo de hombres abordó un pequeño barco pesquero. Uno de los hombres se durmió. 

Entonces se desató una tormenta y el árbol del que estaba hecho el bote pensó que no era lo suficientemente fuerte para que los hombres estuvieran a salvo. Asustados, los hombres despertaron al que dormía. 

Se levantó y dijo: "Paz" y la tormenta cesó. En ese momento, el árbol entendió que había transportado al Rey de reyes en la barca.

Finalmente, alguien entró en el cobertizo oscuro y tomó el tercer árbol. Lo llevaban por las calles y la gente se reía de quien lo llevaba. Cuando llegaron a la cima de una colina, clavaron al hombre al árbol. 

El árbol se dio cuenta de que era lo suficientemente fuerte como para pararse en la cima de la colina y estar lo más cerca posible de Dios...