jueves, 16 de febrero de 2023

EL DESARROLLAR EL OPTIMISMO, EN EL BIEN FINAL

 EL DESARROLLAR EL OPTIMISMO, EN EL BIEN FINAL

En esta charla hablaremos del poder creativo del optimismo como una ciencia científica definida, capaz de hacernos mucho más efectivos al enfrentarnos a la tensión nervioso y tirantez de las condiciones actuales modernas.

El optimismo involucra un número de principios ocultos de primera magnitud:

Primero: Tiene un efectivo vitalizador constructivo sobre nuestros tres cuerpos invisibles a saber: la mente, el cuerpo de deseos y el etérico cuerpo vital, y éstos en su oportunidad, reaccionan sobre el cuerpo físico para proporcionarle mayor salud y fortaleza.

Segundo: el mejoramiento en los cuerpos invisibles es un agente directo en la creación de nuevo buen destino y un mejoramiento definido en la fortuna de uno.

Tercero: el optimismo pone en acción el poder creativo del pensamiento a lo largo de líneas constructivas, de modo que las creaciones de nuestro pensamiento lleguen a ser más positivas y mayores en volumen, con el resultado de qué cuando más tarde se materialicen como inevitablemente lo hacen, de nuevo la general buena fortuna de la vida es aumentaba y mejorada.

Cuando hablamos de buena fortuna, queremos decir no sólo un mejoramiento en las condiciones materiales, sino un mayor grado de dominio propio, una personalidad más vitalizada y un poder mayor para servir en el Plan Cósmico, lo que después de todo es la razón básica de nuestra existencia aquí.

Ahora examinemos el optimismo desde el punto de vista esotérico como lo promulga nuestra Filosofía Rosacruz.

En el Velo del Destino de Max Heindel, dice:

” El pensamiento vital tiene poder para moldear aún la materia física. 

El poder del pensamiento es todavía mayor en su potencia para moldear las vestiduras sutiles. 

Los pensamientos de miedo y ansiedad congelan el cuerpo de deseos de cualquiera que sea indulgente en ese hábito y es igualmente cierto de qué por el optimista lineamiento mental bajo cualquier circunstancia podemos sintonizar nuestro cuerpo de deseos a cualquier nota, que queramos. 

Después de cierto tiempo eso se convertirá en un hábito. 

Es difícil mantener el cuerpo de deseos en cualquier línea definida, pero puede realizarse”.

Una de las claves más importantes para el éxito general se da en el párrafo anterior; el cuerpo de deseos o astral que es el producto de todos nuestros deseos, emociones, sentimientos y pasiones, es la fuente de las mayores dificultades del hombre en el estado presente de su evolución. 

Él puede sintonizar su cuerpo de deseos con una nota armoniosa, lo peor de sus dificultades será vencido, y notamos de lo copiado anteriormente que el optimismo es el medio por el cual él puede sintonizarse.

Por optimismo no queremos decir; determinación para sostener como fuerza principal el pensamiento de que lo que es negro es blanco. 

Más bien queremos significar y sostener en la mente lo real y lo bueno, y excluir de ella lo ilusorio y lo malo. 

No porque el mal tiene cierta existencia transitoria, sino porque manteniéndolo fuera de la mente no formamos pensamientos – formas para incorporarse y por consiguiente no utilizamos el poder creativo del pensamiento para darle mayor aumento.

Alguno podrá decir ¿Cómo puedo ser optimista cuando he tenido un repentino choque devastador o mala suerte por el cual he perdido mi salud, mi dinero, o mis amigos?

Superficialmente esto parece ser un problema difícil. 

Pero existe un procedimiento de rectitud sin embargo, que involucra el principio del optimismo científico.

Primero, toda mala suerte es una precipitación de destino maduro o Ley de Retribución, a saber: 

La retribución o reacción de la ley de Causa y Efecto, representa el retorno a nosotros de fuerzas que pusimos en movimiento en algún momento anterior, ya sea  año, o hasta en otra vida. 

El principio filosófico importante comprendido en esto es que toda precipitación del destino es muy definidamente beneficioso. 

La razón de esto es que restablece el equilibrio espiritual en el aura, lo que por sí solo hace posible ir adelante en la evolución a partir de ese punto. 

Significa que hemos arribado al lugar donde de no haber sido precipitado; nuestro progreso se habría estancado, y hubiéramos estado a la entrada de un callejón.

Es también como pagar una deuda que ha permanecido por muchos años suspendida sobre nuestra cabeza, previniéndonos y haciendo difícil que hagamos lo que deseábamos hacer.

Después de haber sido pagada la deuda nos sentimos libres. 

Es de igual manera con la deuda del destino, realmente tiene que ser pagada; no puede ser evitaba. 

Y sea qué venga en algunas dosis grandes o en una multitud de pequeñas, al fin no hace mucha diferencia, pues ni aumenta ni disminuye el total, y así, ¿por qué inquietarse? 

Más bien comience a formar buen destino para neutralizar el antiguo y entonces habrá hecho mucho para librarse del mal destino, que le aqueja y somete.

El optimismo está definidamente ligado con el poder del pensamiento. 

El pensamiento es creador porque forma nuevo destino a través de la Ley de Causa y Efecto. 

Un pensamiento es una causa lo mismo que un acto. 

Toda causa puesta en movimiento debe ser neutralizada al final. 

Por nuestros pensamientos estamos creando nuevo destino para el futuro, de acuerdo con la naturaleza de dichos pensamientos. 

Los Rosacruces mantienen que uno debiera hacer sus pensamientos constructivos y entonces confiar en la ley del destino para crear el resultado perfecto.

Existen otros varios factores involucrados en el principio del optimismo que examinaremos brevemente. 

Mucha gente se siente miserable por lo que otra gente piensa de ellos. 

Muchos sienten pánico y sufren violentamente por la calumnia y chismorreo en contra de ellos. 

Un poco de filosofía en tal situación sería un poderoso antídoto. 

De nuevo trascribimos del “Velo del Destino”. 

No importa lo que la gente diga de nosotros o a nosotros, sus palabras no tienen poder intrínseco para lastimarnos- es nuestra actitud mental hacia su lenguaje lo que determina el efecto de sus expresiones sobre nosotros para bien o mal. 

San Pablo, cuando se enfrentaba con la persecución y la difamación dijo:

” nada de estas cosas me afectan”. 

Todo aquel que anhele adelantar espiritualmente debe cultivar equilibrio. 

Lo que somos, no lo que la gente piensa que somos, es lo único que cuenta. 

Y si cuidamos más por la aprobación de nuestro ser interno que por lo que dicen los demás, quienes después de todo no pueden vivir la vida por nosotros, entonces no tendremos dificultad en seguir adelante.

La condición primitiva y no evolucionada del cuerpo de deseos de la mayoría de la gente hoy es tal, que sienten un estremecimiento emocional de la creencia de lo malo en uno mismo y de los demás, en vez de lo bueno. 

Pero el filósofo es supremamente indiferente a ellos. 

Sabe cuál es el origen de su condenación y lo evalúa en concordancia.

El miedo, la ansiedad, la tristeza, todo ello es muy prominente en la psicología del mundo actual. 

El optimismo es grandemente importante por su ausencia en este periodo de crisis mundial donde un virus mortal produce tanto daño emocional; por eso hay dos caminos que podemos tomar: el primero es que todo seguirá igual; el segundo, es adaptarnos a la realidad actual y con amor tratar a las almas despertar para que juntos y con fe el mundo podamos transformar.

Existe hoy tanta ocasión para el optimismo como antes de que el virus generara tanta revolución, porque el mundo está en mejor condición interna ahora, debido a las grandes experiencias vividas que lo hacen meditar en que es lo importante a seguir, si el disfrute de lo externo o superficial o la unión y la paz general. 

Lograr esto tiempo va a llevar y mucha paciencia habremos de dar, pero nuestro Padre Celestial nunca nos va a dejar.

El miedo y la ansiedad son expresiones del cuerpo de deseos. 

El clarividente positivo ve que el gris es el color áurico del miedo. 

Cuando el pensamiento habitual de uno está saturado con la ansiedad y la inquietud, su aura se colorea con el gris o el índigo que realmente puede llegar a ser como una coraza en la que el Ego queda prisionero. 

Y es muy difícil sacar a estas personas de su propia armadura.

La angustia es una condición en la que las corrientes del cuerpo deseos están llenas de remolinos en vez de pasar rápidamente en las líneas largas curvadas que indican la salud psicológica. 

Las personas cuyos cuerpos de deseos se encuentran en la condición anterior, ven calamidades donde realmente no existen. 

Cada pensamiento de esta naturaleza ayuda a congelar el cuerpo de deseos y construye una especie de coraza de color azul acero en derredor del Ego, lo cual le causará en algún tiempo encontrar que él mismo se a alejado de la simpatía, amor y auxilio de todo el mundo.

Otros de los estados infelices de la mente que particularmente necesita una dosis de optimismo, es el excesivo remordimiento, una vampirezca creación emocional. 

El remordimiento hasta un grado normal, esto es sufrimiento y contradicción por aquellas cosas hechas erróneamente, y que conducen a la determinación de no repetirlas, es constructivo pero más allá de ese punto se vuelve un vicio. 

El devoto del remordimiento interno está pasando por el purgatorio justamente ahora y aquí. 

El remordimiento, en el purgatorio, utiliza la fuerza de repulsión para destruir el material tosco que ha construido el cuerpo de deseos por los deseos y vida errados, y también para destruir las imágenes astrales de esas cosas. Pero después de qué han sido removidas estas imágenes, la conciencia se aleja de ellas y la experiencia purgatorial termina. 

En el caso del remordimiento que crece internamente, como algunas veces se permite, la gente mantiene reviviéndola en la memoria la imagen de aquello que es causa de su infelicidad, de modo tal que tan pronto como destruye una imagen construye otra para reemplazarla. 

Por lo tanto, se sujetan a un purgatorio perpetuo, y es obviamente una tontería. 

Para manejar el remordimiento lo primero es hacer una completa retrospección, seguida por la contricción normal y la decisión de no volver a repetir el error. 

Entonces se hace lo mismo que en el purgatorio, a saber: considerar profundamente el incidente y olvidarlo, salvo en lo que concierne a la necesidad que pudiere existir de hacer una restitución o pedir perdón.

El optimismo es una fuerza constructiva y el pesimismo un agente destructivo. 

En este tiempo crítico de transición, cuando las cosas antiguas se están viniendo hacia abajo y la gente está haciendo compelida para reconstruir sus vidas a lo largo de nuevas líneas y con avisos perentorios, el optimismo se necesita hoy como nunca antes. 

Los Rosacruces vieron estas mismas condiciones hace décadas, aún centurias y se prepararon para ellas.

Presentando su sabiduría de los Rosacruces como nos ha sido dada; con la esperanza y la creencia de qué auxiliarán a muchos para encontrar equilibrio y restablecerse bajo las condiciones de prueba que son actualmente universales en el mundo.

En Amoroso Servicio

Fraternidad Rosacruz de Mexico


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