Importancia del Fósforo para el aspirante deseoso de emplearse
en el trabajo Mental y Espiritual
Como estudiamos en el libro “ El Concepto Rosacruz del Cosmos ”:
“El cerebro es el mecanismo coordinador a través del cual se controlan los movimientos del Cuerpo y se expresan nuestras ideas.
Está hecho de las mismas sustancias que las otras partes del cuerpo, con la adición de fósforo, que es peculiar sólo del cerebro.
La conclusión lógica es que el fósforo es el alimento particular a través del cual el Ego puede expresar pensamientos e influir en el cuerpo físico denso .
También es un hecho que la proporción y variación de esta sustancia están directamente asociadas con el estado y etapa de inteligencia del individuo.
Las personas afectadas con discapacidad intelectual extrema tienen muy poco fósforo; los pensadores marcados por una conciencia inteligente hábil y vivaz tienen mucho; y en el Reino Animal el grado de conciencia e inteligencia está en proporción directa a la cantidad de fósforo contenido en el cerebro.
Por lo tanto, es de suma importancia que el Aspirante deseoso de emplearse en el trabajo mental y espiritual le dé al cerebro esta sustancia necesaria”.
Aunque poco recordado, es extremadamente importante y tiene un mecanismo delicado que necesita un mínimo de atención por parte de veganos y vegetarianos.
Veamos para qué sirve el fósforo: ingerir alimentos que sean fuentes de fósforo es importante porque así garantizas estructura y fortaleza a huesos y dientes.
El fósforo también forma parte de los ácidos nucleicos de ADN y ARN, responsables del código genético y de la reproducción y reparación celular, y todavía forma parte de la composición de muchas enzimas y hormonas.
Participa en el metabolismo de los músculos, carbohidratos y grasas. También equilibra el pH de la sangre y es necesario para la producción de energía y el transporte de ácidos grasos (grasas).
Cada célula del cuerpo contiene el mineral, pero el 85% se deposita en huesos y dientes.
Encontramos fósforo en la mayoría de las verduras (principalmente legumbres, semillas, nueces y cereales integrales, pero también en verduras), frutas, quinoa, amaranto contienen una cierta cantidad de fósforo.
Concentraciones más altas: uvas, cebollas, salvia, frijoles, piña, ajo y en las hojas y tallos de muchas verduras.
También en jugo de caña de azúcar, pero no en azúcar refinada.
La mayor cantidad se encuentra siempre en las hojas, que generalmente se descuidan.
Esto se debe a que las plantas absorben el fósforo disponible en el suelo para fortalecer raíces, hojas y frutos.
El Cuerpo Denso de un adulto tiene de 600 g a 900 g de fósforo: 85% presente en huesos y dientes en forma de fosfato y el resto repartido entre tejidos y líquido extracelular.
Cuando consumes alimentos que son fuentes de fósforo, entre el 55% y el 70% del mineral se absorberá en el intestino.
En una dieta vegetariana, este porcentaje se aplica incluso al fósforo presente en los huevos (orgánicos) y la leche (orgánica).
Para una mejor absorción del fósforo, el pH del intestino tiene que ser correcto y saludable.
Después de la absorción, el fósforo cae al torrente sanguíneo donde se une al calcio, magnesio, sodio y proteínas para llegar a los huesos, donde se deposita.
Remojar las legumbres en agua durante ocho horas antes de cocinarlas es fundamental para eliminar el fitato, un antinutriente que interfiere en la absorción de hierro, calcio y zinc.
Esto reduce el fitato, pero también el fósforo. Por eso es importante una dieta basada en plantas.
Sin embargo, algunos alimentos, las bacterias intestinales y la levadura utilizada en la elaboración del pan tienen la enzima fitasa que descompone el fósforo del fitato, y estos alimentos y bacterias contribuyen a que una cierta cantidad de fósforo esté disponible para su absorción en el tracto gastrointestinal.
Así que: cuida bien la flora intestinal y asegura un buen aporte de fósforo.
Además, el fósforo mejora el rendimiento físico porque juega un papel importante en la producción de energía y actúa en la contracción muscular, reduciendo la fatiga cuando se realiza un esfuerzo muscular muy grande.
Ahora bien, como todo, el exceso es malo. Su exceso en la sangre se asocia con un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular y mortalidad en personas con o sin enfermedad renal.
Su exceso también perjudica la síntesis de vitamina D y acelera el funcionamiento de la tiroides, lo que, a su vez, puede perturbar la vida de los huesos, especialmente si la ingesta de calcio es inadecuada.
Aparentemente, las personas están consumiendo más fósforo del necesario, porque los aditivos de fosfato aparecen en los alimentos procesados y en los refrescos.
Las deficiencias de fósforo son raras, excepto en enfermedades que afectan la absorción del mineral, como la diabetes, o en casos extremos de inanición.
Algunos síntomas de deficiencia: pérdida de apetito, debilidad muscular, fragilidad ósea, entumecimiento en las extremidades, susceptibilidad a infecciones y raquitismo en niños.
Siempre se debe recordar que los antiácidos que contienen aluminio reducen la absorción del fósforo de la dieta al formar fosfato de aluminio, que el cuerpo no puede absorber.
Cuando se consumen en dosis altas, estos antiácidos pueden producir niveles muy bajos de fósforo en la sangre, además de exacerbar la deficiencia del mineral.
Además: la acidez estomacal reducida, el reemplazo hormonal en mujeres posmenopáusicas y dosis excesivamente altas de la forma activa de vitamina D pueden causar una disminución en los niveles de fósforo en el cuerpo denso.
En Amoroso Servicio
Fraternidad Rosacruz de México.
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