viernes, 6 de octubre de 2023

EL TEMPLO DE SALOMON

 


Templo de Salomón

En el Libro Primero de los Reyes, capítulo 6 y en el Libro Segundo de los Reyes, capítulo 7 podemos leer: “ En el año 480 después de que los hijos de Israel salieron de Egipto, Salomón en el año cuarto de su reinado, en el mes de Zive , comenzó a construir la casa del Señor. 

La casa que el rey Salomón construyó para el Señor tenía sesenta codos de largo, veinte de ancho y treinta de alto. 

La casa fue construida con piedras ya preparadas en las canteras, de modo que ni martillo ni hacha ni instrumento alguno de hierro se oía en la casa cuando la construían. 

Luego levantó las columnas en el pórtico del templo, levantando la columna derecha, la llamó Jaquín, y levantando la columna izquierda, la llamó Booz” .

El pasaje bíblico sobre la construcción del Templo de Salomón en Jerusalén es rico en simbolismo y alegoría. 

Existe una relación cósmica entre las medidas del edificio: 60 x 20x 30 = 36.000 (3+6+0-0+=9). Nueve es el “número del ser humano” como afirma Max Heindel en el Concepto Rosacruz del Cosmos. 

El Templo de Salomón nos concierne a nosotros y a nuestro desarrollo espiritual.

La tradición esotérica establece una relación entre las dos columnas del templo, Jaquín y Booz, y las dos columnas que precedieron a los israelitas cuando atravesaron el desierto. 

Por la noche una columna de fuego iluminó su marcha. 

Durante el día una nube los protegió del sol abrasador .

El Templo no pudo construirse durante la peregrinación al desierto. 

En el desierto sólo había arena y la construcción no sería estable. Además, eran un pueblo nómada, siempre marchando en busca de la Tierra Prometida. 

Al llegar allí, después de mucho tiempo se logró construir el templo, mediante la sabiduría de Salomón.

En el Libro Primero de las Crónicas, capítulo 3, se dice que “ Salomón comenzó a edificar la casa del Señor en Jerusalén, en el monte Moriah”. 

Según la tradición judía, el monte Moriah era una enorme roca. 

La roca simboliza la verdad. 

Las arenas del desierto simbolizan ilusiones, fantasías. 

El Templo de Salomón fue construido silenciosamente sobre la firmeza de una roca.

El Templo de Salomón simboliza nuestra conciencia espiritual, formada a lo largo de muchos renacimientos, muchas experiencias y muchos sufrimientos. 

Esta obra es silenciosa (sin ruidos de martillos), anónima y, en consecuencia, ignorada por la mayor parte de la humanidad. 

Sin embargo, es la actividad más importante y fundamental de la vida. Hora tras hora, momento tras momento, cometiendo errores, haciendo las cosas bien y sufriendo, construimos nuestra conciencia espiritual.

En Amoroso Servicio

Fraternidad Rosacruz de México

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