La Torre de Babel y Pentecostés
Leemos en la Biblia que los primeros habitantes de la tierra construyeron una torre, la Torre de Babel, con la intención de elevarse hasta el cielo. Jehová, mirándolo con ojos de reproche, decidió poner fin a este negocio y sumió a la humanidad en la confusión haciéndola hablar en diferentes lenguas.
Esta historia de la Torre de Babel debe ser entendida en un aspecto enteramente simbólico.
Cuando la humanidad fue expulsada del Jardín del Edén por abusar de la fuerza creadora, rápidamente se dio cuenta de los inconvenientes de la existencia física en un cuerpo que había cristalizado indebidamente, y que comenzó a conocer el sufrimiento, la enfermedad y la muerte.
Esta es la causa por la que deseaba volver a la antigua condición de felicidad.
Para evitar ser dispersada por toda la tierra, construyó una ciudad y dentro de esa ciudad construyó una torre para poder regresar al cielo (o al Jardín del Edén).
Pero eso ya no era posible, porque el ser humano debía aprender ahora a controlar sus pasiones, despertadas por los Espíritus de Lucifer, y a controlar las condiciones del Mundo Físico.
Para lograr este resultado, Jehová dividió a la humanidad en diferentes pueblos, cada uno con su propio idioma, y colocó a cada uno de ellos bajo la dirección de un gran Arcángel, como si fuera un "Dios" particular de ese pueblo.
Los diferentes pueblos y la diversidad de idiomas son, por consiguiente, las obras de Jehová el Espíritu Santo.
Pero sabemos que Cristo vino a abolir estas divisiones (necesarias en el pasado), y a unir a todas las naciones en una gran Hermandad.
En Pentecostés (1) envió sobre Sus Apóstoles el poder del Espíritu Santo en forma de lenguas de fuego, y ellos comenzaron a hablar todas las lenguas.
Luego se dice que los extranjeros se sorprendieron al ser entendidos en sus lenguas nativas.
Max Heindel, nuestro amado Instructor, nos dice que en las regiones inferiores del Mundo del Deseo, que constituyen el Purgatorio, se usan los diferentes lenguajes.
Pero en las regiones superiores, donde está el Primer Cielo, sólo hay un lenguaje universal, y todos se entienden.
Hablaremos este idioma en el futuro.
En Amoroso Servicio
Fraternidad Rosacruz de Mexico
(1) Pentecostés, 50 días después de la Pascua, era la fiesta de la cosecha (o de las semanas, porque la cosecha abarcaba 7 semanas) antes de que se convirtiera en una conmemoración de la presentación de las Tablas de la Ley dadas a Moisés en el Monte Sinaí.
Es todavía en esta ley externa en la que estamos viviendo actualmente.
Sin embargo, las Tablas de la Ley estaban en el Arca del Tabernáculo en el desierto para que el hombre pudiera aprender a escribir la ley dentro de sí mismo para controlar su cuerpo de deseos.
Los Apóstoles alcanzaron este estado de desarrollo.
Esta es la razón del día de Pentecostés (el día del recuerdo de las Tablas de la Ley): la ley de Dios que guio al ser humano, desde fuera, entró en él con el Espíritu Santo.
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