PREGUNTA : ¿Cómo podemos saber, cuando conocemos a otras personas, si se cruzan en nuestro camino por primera vez para darnos lecciones o si la atracción o repulsión que sentimos hacia ellas se basa en una vida pasada y un destino presente?
RESPUESTA :
La capacidad de reconocer a alguien con quien nos relacionamos en una vida pasada depende en gran medida de nuestro desarrollo espiritual, particularmente de nuestra intuición.
Si la relación fuera estrecha, el reconocimiento, por supuesto, sería más fácil.
La oración y la concentración pueden ayudar en este sentido, al igual que la astrología.
Los planetas de un individuo en la casa duodécima de otro son una indicación importante de contacto previo.
Esto es particularmente cierto en el caso del Sol y la Luna. Los aspectos presentados indicarían la naturaleza del destino a rastrear.
Sin embargo, cada persona con la que contactamos, ya sea por primera vez o no, nos brinda oportunidades de aprender lecciones.
Si la relación es desagradable y genera aversión mutua (o unilateral), el objetivo de la lección es obvio: aprender a agradar y eventualmente amar a la otra persona.
Si la relación es agradable al principio, ambas partes pueden lograr mucho crecimiento adicional en el marco de una amistad firme y satisfactoria.
Así, en ambos casos, se trata de transmutación o aprendizaje.
Si queremos progresar espiritualmente, debemos tener presente que estamos aquí para llegar a ser como Cristo y que esto implica aprender a pensar, sentir y actuar con todos de acuerdo con los preceptos de Cristo Jesús.
Traducido de febrero de 1979 de la Revista Rayos de la Rosa Cruz, amorosamente por la Fraternidad Rosacruz de Mexico.
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