lunes, 3 de abril de 2023

MARIA Y MARTA

 


María y Marta

En el capítulo 10:38-42 del Evangelio según San Lucas leemos: “ Y aconteció que yendo él por su camino, llegó a una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa. Y tenía una hermana llamada María, que sentada a los pies de Jesús escuchaba sus palabras. 

Marta, absorta en sus preocupaciones, se acercó: 

Señor, ¿no te molesta que mi hermana me deje servir sola? Dile que me ayude. 

En respuesta Jesús dijo: Marta, estás ansiosa y cansada por muchas cosas. 

Pero, solo se necesita uno, María escogió la mejor parte, y no se la quitarán ”.

En la Carta a los Estudiantes de mayo de 1916 con el título “Ejercicios cotidianos para el cultivo del alma” Max Heindel sitúa el caso de los Aspirantes a la vida superior que, como Marta y María, asumen actitudes opuestas en relación a la vida espiritual.

Marta estaba mucho más preocupada por sus comodidades materiales que por atender los asuntos espirituales. 

Se dedicó a muchas cosas menores en lugar de lo único necesario como lo hizo su hermana María. Sin duda, debemos considerar reprobable que alguien descuide el cumplimiento de sus deberes y compromisos en la vida cotidiana. 

Sin embargo, muchos cometen el gran error de priorizar sus tareas materiales, imaginando que el desarrollo espiritual puede esperar un momento más oportuno cuando no tienen nada más que hacer, siendo que es la mas alta prioridad en la vida a la que debemos atender.

Cada vez son más las personas que admiten que deberían prestar más atención a las cuestiones espirituales, pero siempre encuentran una excusa para posponer esta consagración. 

Alegan problemas familiares, profesionales, de viaje, etc. 

Sin duda, en muchos casos estas excusas son legítimas y quienes las hacen están, en realidad, sacrificándose por otra persona o asumiendo otra responsabilidad. 

Sin embargo, por agotador y absorbente que sea el trabajo de uno, siempre es posible dedicar algún tiempo a la vida espiritual. Sin embargo, nuestra vida material no puede ser una cosa y la espiritual otra.

Es inconcebible que el Aspirante viva una vida de ambigüedad. 

Nuestra vida debe ser una. 

Porque no podemos servir a dos señores al mismo tiempo.

El Estudiante de las Enseñanzas de la Sabiduría Occidental, es un Aspirante a la vida superior, no descuida el lado material de la vida, sino que lo valora por las experiencias y expansión de conciencia que puede ofrecer.

En Amoroso Servicio

Fraternidad Rosacruz de Mexico

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