Yo soy el pan vivo bajado del cielo.
Si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre.
Juan: 6, 51
Tenemos en nosotros los elementos esenciales de la alegría, la belleza y el amor perfectos.
El Espíritu dentro de nosotros, el Cristo en nosotros está mirando a través de nuestros ojos al universo, está escuchando a través de nuestros oídos todos los sonidos y está sintiendo, pensando, expresando a través de nosotros, pero es nuestro deber y trabajo practicar y realizar este conocimiento en cada momento de nuestras vidas a través de nuestra actitud y conciencia positivas.
Es como ser Rey o Reina, pero no ser consciente de ello, pero cuando la Reina se haya despertado con el beso del amado, ella, el alma, cobrará vida y habitará en su palacio.
Para hacer de este conocimiento una experiencia viva se requiere una transformación y regeneración total de nosotros mismos, de cada parte de nosotros y también la transformación de nuestra mente inconsciente.
Todas estas partes de nosotros debido a nuestra propia ignorancia y errores y debido a nuestra herencia, educación y las condiciones de nuestra vida contemporánea nos han traído mucha negatividad.
También es necesario que todas nuestras facultades y energías lleguen gradualmente bajo nuestro dominio, para que podamos ser dueños de nosotros mismos constantemente y con esta realización dejar que el sol brille por sí mismo para siempre, dejándolo manifestarse a través de nosotros en todos nosotros. hacer, decir y pensar.
Esta es una condición de gozo y agradecimiento en la que podemos convertirnos con su gracia en verdaderos servidores de Cristo.
A pesar de todos los obstáculos tenemos que avanzar y elevarnos con coraje, perseverancia y actividad hasta que llegue el momento en que todo en nosotros exprese sólo amor, paz y sabiduría.
No existirá oscuridad de ningún tipo, porque todo en nuestra conciencia se derretirá en luz
En Amoroso Servicio
Fraternidad Rosacruz de México
No hay comentarios:
Publicar un comentario