GOBERNARSE A SI MISMO
Los buenos pensamientos y las buenas palabras, la oración y la retrospección son alimento para nuestra alma, son como vientos fragantes en este mundo.
Sin embargo, hay tanto sufrimiento en el hombre y por eso podemos desarrollar empatía y amor y aprender a dar.
La presencia es una puerta al infinito si somos conscientes de nosotros y de nuestro entorno al mismo tiempo.
Podemos preguntarnos sobre todo y sobre todos.
Desde la pequeña hierba hasta las grandes estrellas del cielo... Debemos estar agradecidos por el más mínimo momento de conciencia porque esto nos ayuda a desarrollarnos.
Los factores opuestos a la autoconciencia en presencia son la imaginación que corre sin nuestro control, la identificación con cualquier cosa, con cualquier persona o cualquier situación y para la mayoría de las personas también las emociones negativas que a menudo van de la mano con los aspectos mencionados.
Ser consciente es una experiencia mucho más hermosa que los procesos mecánicos que involucran el sueño.
Uno debe esforzarse todos los días para recordarse a sí mismo, como se dijo:
“Si quieres gobernar todo, gobernarte a ti mismo”.
La esencia de nuestro espíritu es puro amor y pura conciencia, es como una llama que transforma la base en oro para que el sol en nosotros, como buen amigo, venga y derrita y transforme todo en luz.
Tenemos un sentimiento y una conciencia de nuestra existencia que puede expandirse.
Es nuestra voluntad de despertar lo que nos ayuda a dividir nuestra atención.
Nuestra vida está compuesta de tantos momentos habituales y sencillos, de tantos milagros comunes que tenemos que aprender a apreciar y aceptar con alegría lo común y encontrar en ello lo sublime.
En Amoroso Servicio
Fraternidad Rosacruz de México
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